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Epoca de cambios o un cambio o de época?

Seremos testigos en los próximos años de la mayor velocidad de cambios que cualquier generación humana haya visto.

Desde una sociedad de crecimiento industrial hacia una sociedad que sostenga la vida, como diría Joanna Macy; desde un entendimiento del ego disociado del eco hacia una integración del ego y eco o la integración de la mente (noosfera), cuerpo y biósfera, como propone Ken Wilber; desde una mirada cartesiana hacia una mirada ecológica que nos integra horizontalmente con todos los seres vivos, como plantea Fritjof Capra; de un mundo creado por el privilegio a un mundo creado por la comunidad, como sugiere Paul Hawken; desde un paradigma mecanicista hacia un paradigma holístico como evoca Morris Berman; desde un sistema basado en el Ego hacia un sistema basado en el Eco, como lo expresa Otto Scharmer. Así lo describen filósofos, físicos, economistas, sociólogos y tantos otros que se me escapan.(1)

No hay duda que existen cambios profundos en nuestros días y que la velocidad de los cambios se hace cada vez más vertiginosa. Pareciera un patrón que se repite en las teorías de muchos y en las prácticas de otros tantos. Nuestra civilización está atravesando por un umbral, un cambio fundamental de nuestra visión del mundo en cuanto a nuestra relación con la naturaleza, nuestra relación con el otro y nuestra relación con nosotros mismos; este patrón vuelve a aparecer una y otra vez conectando haceres, estructuras y procesos. Sin embargo, el cambio permanente, que en el tiempo se ha ido profundizando, así como su velocidad, no hacen sombra a la realidad de que no solo estamos ante una época de cambios sino que ya entramos hace un tiempo en un cambio de época, un cambio paradigmático en nuestro entendimiento del mundo y de la vida, un nuevo hacer, pensar y sentir; una época donde, si somos capaces de hacer frente a los desafíos humanos, podríamos ser testigos de su florecer.

Los desafíos humanos pasan de desde dónde nos movemos para escuchar y decir lo que decimos, comprendiendo el poder de las palabras… desde la apertura a la vulnerabilidad, hasta la cocreación de un nuevo sistema económico y político que sostenga las bases de todo lo que está entremedio de estos haceres. Y qué emerge en el medio?, la coherencia en el vivir a escala humana, la consciencia de quienes vienen más adelante, el honrar desde donde venimos, el preservar la sabiduría, el legitimar al otro, el respeto como amigo de la reflexión crítica de los fundamentos de nuestros haceres, la no violencia, la sanación del trauma individual y colectivo….entre tantos otros.

Desde todas las fuentes de conocimiento se hace ver este cambio de época y la evolución de los desafíos humanos: …desde la psicología integrativa, la biología organísmica que sumada a varios conceptos del pensamiento sistémico dieron origen a la teoría de los sistemas vivos y luego a la teoría general de sistemas, desde las matemáticas de la complejidad, desde la física subatómica, desde la cibernética, desde la neurociencia , desde la neuroplasticidad y de a poco desde la economía. Aparecen conceptos como autoorganización, autogestión, feedback, lenguaje de patrones, autoregulación, redes, estructuras disipativas, propósitos evolutivos y un largo etcétera que comienzan el proceso de ecoalfabetización de esta nueva realidad, de esta nueva época.

Hay cierto acuerdo y mucha evidencia en el diagnóstico. No hay consciencia del tiempo en el cual se debe lograr este cambio de época. Unos hablan de dos a tres décadas, los más ilusos piensan en cinco a diez décadas con alta confianza en la tecnología. Me reconozco en el primer grupo…qué debemos hacer en las próximas 24 horas, la próxima semana, el próximo mes para profundizar, comenzar, continuar nuestra transición interior y exterior hacia esta nueva época?

Aquí una inspiración de la canción de Susan Osborn: La Cadena de la Vida

“Yo veo donde estoy ahora en la mesa de la cosecha.

Antes de mí fue el arado y los árboles que crecían en bosques.

Desde aquí hasta el horizonte , hay una cadena de vida detrás de mí .

Cada nueva generación emergiendo de la que fue la anterior.

Veo a los jóvenes que vienen, corazones abiertos y esperanzados… .

Su sueño será desplegarse sobre el terreno que dejemos detrás nuestro.

Tomen lo mejor de lo que les dan . Hagan de la vida un alegre baile.

Y en algún lugar del tejido , ustedes también escucharán la canción.

Estoy haciendo mis hombros fuertes para que los jóvenes se puedan subir.

Pisando ligeramente sobre las espaldas de los que me sostienen ;

Es una cadena de vida sin fin , siempre nueva y siempre flexible,

Agradecido el corazón por la oportunidad de estar vivo.”


(1) Otras aproximaciones que me gustan son: desde la cultura del status quo hacia la cultura del despertar de la consciencia, o desde una cultura del miedo hacia una de la confianza, o desde un sistema basado en juego de ganar/perder hacia uno basado en el juego de ganar/ganar, o desde la dependencia hacia el empoderamiento.

 

Estas son una serie de reflexiones acumuladas en el tiempo, que comparto desde la plataforma de Círculo de Apoyo para Proyectos Regenerativos y desde el Centro de Emprendizaje, dos sueños colaborativos hechos realidad.

                                                                                                                                  Ronald Sistek